SIMONE SIMONS y la sorpresa especial de “Vermillion”
Banda: Simone Simons
Nación: Países Bajos (Neetherlands)
Género: Symphonic Metal
Álbum: Vermillion
Año: 2024
Dentro del variado elenco de criaturas fantásticas y mitológicas, pocas hay tan especiales y temibles como Medusa. Siendo la principal gorgona de las deidades infernales, su cabello de serpientes no rivalizaba con su intensa mirada, la cual convertía en piedra a quien osase mirarla directamente. Se decía que su belleza era un misterio, pues nadie vivió para contarlo hasta que Perseo la decapitó y entregó la cabeza a Atenea, quien la plasmó en su escudo. Una historia de fantasía épica, ¿verdad? En la actualidad, hay artistas cuya voz hipnotiza al público a la vez que su belleza, guiando el deleite hacia la perdición total. Simone Simons, cantante de Epica, ha decidido adoptar el rol de Medusa, de modo que con su álbum en solitario, «Vermillion», la atención queda fijada en un esperado debut que poco nos va a decepcionar, en especial, a los fieles devotos de la artista.
Está claro que Simone, desde que comenzó su carrera en plena juventud, estaba destinada a ser «Aeterna». A expensas de la multitud de efectos especiales sonoros y la altísima calidad creativa de Arjen (Ayreon) no se puede obviar que la soprano neerlandesa hace que los primeros seis minutos se hagan amenos gracias a su hipnosis vocal. En duetos modulares y tonales, unos ritmos enigmáticos y exóticos cautivan la ambientación en una atmósfera especial y envolvente; incluso en ese break tecnócrata cuya injerencia no tiene ni sentido (musicalmente hablando). De la misma forma que el tema anterior, la oscuridad compositiva se cierne en el público con «In Love We Rust». Mientras Simone se desvela en una cortina de grácil belleza, el trasfondo musical la acompaña con ritmos suaves, poco distorsionados y, sobre todo, enfundados de una energía que sólo los breaks consiguen paliar hasta los explosivos estribillos. Combinar a dos antagonistas vocales como Simone y Alissa (Arch Enemy) es un hecho insólito, por lo cual «Cradle to the Grave» se erige cual mezcla homogénea de contrapuntos que vibran a una misma longitud de onda, pero en direcciones opuestas. Nadie creería que el aspecto gutural encajaría (tan bien) en un estilo sinfónico, sin olvidar la gran mejoría instrumental de Arjen y su adecuación a la temática descrita. Por favor, un aplauso a este combo de féminas que esperamos ver en directo, ¡aunque sea por una vez! Utilizar un formato de graves acústicos en «Fight or Flight» resulta ser muy interesante para contemplar a Simone destacar como un ángel que trae esperanza en el caos actual. La facilidad de emocionar al oyente tiene su origen en la manera que la artista desdobla su personalidad en coros adyuvantes que la sostienen en la divinidad, al igual que el solo violinista en el cambio medial.
Casi sacada de un opening de anime asiático, «Weight of my World» une la aplastante guitarra de groove/un con los diversos matices que Simone se otorga a sí misma en favor de un hipotético baile moderno. Puede parecer cursi y algo acaramelada para los oídos críticos, pero si prestamos atención al trabajo de Arjen en el conjunto instrumental, la verdad se inclina favorablemente por un aprobado mayoritario de la canción (para animar una fiesta de metal/rock, ¡idónea como ella sola!). No llegar a ser análoga como tal, de modo que «Vermillion Dreams» sale del universo musical extremo para abrazar la inmensidad electrónica que la modernidad ha ido trayendo desde hace décadas. La ruptura total del cerco establecido abre la imaginación a un universo de infinitas posibilidades que Simone guía cual consciencia autónoma que tiene IAs de apoyo coral. En el fragor central del álbum, «The Core» se establece como un vector que aúna la fuerza del old school más crudo y una Simone desatada en una modulación vinculante a la agresividad lírica. Como una prueba de superación, la laringe femenina se impone a la batalla cordófona a través de un trasfondo bailable y cercano a la pesadez de metal/rock alternativo clásico. De una forma muy parecida con una ambientación futurista enclavada en la sonoridad espacial, la realidad se torna errática en «Dystopia» cuando Simone contrasta los instrumentos y su puesta escénica en un algoritmo capaz de erizar el cabello. El solo de Arjen, afilado y perfecto, el bajo en presencia continua, la programación nivelada en toda la línea musical… No está nada mal para la soledad del proyecto, pero da la sensación de ser un reciclaje de lo que llevamos analizado, si acaso nos equivocamos en detracción de la prensa especializada.
Fue el último sencillo que precedió al lanzamiento del debut, y quizás uno de los temas más aclamados por la participación de un viejo conocido de Simone. Mejor dicho, su compañero guitarrista inseparable, Mark Jansen (Epica). Todos sabían que aparecería de un momento a otro, pero pocos imaginaban que sería realizando unos coros guturales brutales en «R.E.D.» A pesar de la fuerte influencia gothic/symphonic que se diluye en la tremenda distorsión sonora, se observa un hermanamiento que recuerda a los últimos discos de la banda neerlandesa. Incluso nos atreveríamos a decir que este tema es un descarte de Epica rescatado a última hora; ¡es bestial, por supuesto! Simone no desaprovecha la oportunidad de lucirse al máximo, pues el dueto pianístico de «Dark Night of the Soul» evidencia que la joven sigue teniendo un registro impecable difícilmente superable. Tratándose de los inicios en solitario de Simone, puede que no sea la mejor forma de acabar el disco a lo grande… En imaginación y composición, hay una excelencia que se desborda al comprobar las octavas que una garganta llega a alcanzar después de décadas de trayectoria profesional. De primeras y como muchos querían, se esperaba un álbum que fuese propio de Simone en cualquier sentido. Gran parte de la producción corre a cargo de Arjen (Ayreon) y a nuestro parecer, tal hecho le quita mérito a la cantante como artífice única. Sin embargo, el deleite vocal descubierto es una muestra de que la cantante neerlandesa tiene mucho potencial oculto aparte de su rol en Epica. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una sorpresiva nota de 9. El futuro del metal/rock femenino está asegurado con Simone, pues enganchados a su figura y registro laríngeo, nadie escapará de su influencia.
TrackList
1 – Aeterna
2 – In Love We Rust
3 – Cradle to the Grave
4 – Fight or Flight
5 – Weight of my World
6 – Vermillion Dreams
7 – The Core
8 – Dystopia
9 – R.E.D.
10 – Dark Night of the Soul