SEVEN SPIRES y el singular hogar de “A Fortress Called Home”
Banda: Seven Spires
Nación: Estados Unidos (EEUU)
Género: Symphonic Metal
Álbum: A Fortress Called Home
Año: 2024
El propio hogar siempre será el mejor sitio donde un ente pueda vivir, incluso si es rentado u otras formas de permanencia. En 2013, Boston observó cómo unos ilustres alumnos del Berklee College of Music se juntaron en una prometedor proyecto que, años más tarde, está obteniendo un reconocimiento muy importante dentro de la escena metal/rock mundial. Liderados por el dúo compositor de Adrienne a las voces y Jack a la guitarra, Seven Spires ha ido dando pasos seguros en el estilo sinfónico extremo. Desde la entrada de Peter al bajo y Chris a la batería, las críticas de la prensa han sido muy positivas hacia los álbumes y, a pesar de la reciente salida de Chris, el cuarto trabajo en estudio se completó entero. Por ello, «A Fortress Called Home» tiene el camino despejado hacia un estrellato que guiará la música moderna al amparo de la joven creatividad.
Que el tema homónimo sea una introducción ha sido todo un acierto por parte de Seven Spires. La ambientación es muy importante con motivo de imbuir al oyente en el delicado estilo sinfónico de una banda que perfecciona su creatividad más allá de los límites. De ahí, la realidad se hace patente con la obertura, en sí, de «Songs Upon Wine-Stained Tongues». Los brutal versatilidad de Adrienne se mezcla con la depurada habilidad de Jack en la creación de melodías potentes cual yunque y gráciles en similitud a una pluma. Los finos graves de Peter sostienen los breaks que la cantante utiliza bajo la atenta presencia de la batería, rellenando cualquier hueco que quedase libre de inspiración. La madurez vocal hace gala en las octavas que alcanza Adrienne, a quien poco le queda para tener un rango tonal completo. La escueta ayuda de otros artistas como la famila Akesson o el carismático Alessandro muestran otras texturas muy interesantes en el tema, así como la inclusión de adornos pianísticos y duetos entre los cantantes. Después de esta unión profesional de músicos reputados, la sinfonía metalera/rockera da su toque especial en «Almosttown». Con ritmos a tempos medios, alternancia de los acordes y notas, junto al impecable sonido limpio de Peter al bajo, Adrienne nos toca el corazón cual famosa femme fatale de una ópera. Seven Spires no envidia nada a otras bandas parecidas, como Nightwish o Epica, pues incluso, las supera con ese espíritu juvenil e inmensa imaginación. La composición de los temas no deja cabos abiertos, pues todos los artistas responden a un objetivo común, disfrutar de su trabajo al máximo. «Impossible Tower» podría ser una fantasía de cómo vencer el miedo a lo desconocido, ya que sus ritmos lentos, pesados y enigmáticos concuerdan con la aparición de segundas voces y coros de acompañamientos que ponen estimulan los instintos básicos del ser humano. Miles de laringes se estimulan ante la actuación de la banda y es imposible resistirse a la tentación de seguirles hacia un destino apocalíptico. El doble bombo, en asociación a los platillos, recrea unos bestiales breaks que, bajo la programación y teclados, nos ensalza la belleza más oscura de Seven Spires.
¿Os acordáis de los antiguos cabarets teatrales de la alta clase de la sociedad? Pues si mezclamos la imagen con una fuerte influencia parisina, «Love’s Souvenir» levanta el telón para que Adrienne sostenga al público en vilo mientras lo seduce con sus sutiles encantos. Sin embargo, la gran descarga baterista medial y aparición del violín hace caer los adornos y convierte la función en una orgía de guturales y sangre (en el teatro, los asistentes siempre son parte fundamental de la obra) bañando los alrededores de maldad y desidia con la inmensa colaboración de la barítona Kristin (Temperance). Esta combinación de contraste musical deja nuestra preferencia absoluta aquí, y sin quitar mérito al simple solo harmonizado de Jack con el virtuoso trasfondo bajista exaltado. De vuelta al origen de la sinfonía extrema, «Architect of Creation» recupera la pesadez y crudeza de Seven Spires con mayor rapidez melódica, enérgicos redobles bateristas, una Adrienne desatada en sus ladridos y la estructura clásica de una ópera dividida en diversas secciones distintas entre sí con coros continuos. Antes fue la inspiración europea, de modo que en «Portrait of Us», la influencia exótica entrelaza los hilos de una composición sólida que no tiene comparación con lo analizado hasta ahora. La ambientación envuelve el canto femenino cual musa del canto mientras que Jack y Peter le adornan los versos con bellos ritmos sincopados y acordes de cierta temática menor. Emular a la soprano en el unísono es fácil en el estribillo, pero la hipnosis musical que se desarrolla nos pierde en el hecho de intentarlo. Sólo nos queda mover la cabeza de lado a lado y pedir más a la banda. Bastante corta y que nos deroga cualquier impresión que teníamos de Adrienne, «Emerald Necklace» la eleva a un nivel inalcanzable para cualquier otro mortal. Breves y muteadas, las melodías no le restan mérito, ni siquiera el precioso solo de Jack, ¡toda una obra de arte! Casi podemos ver a Seven Spires hacer saltar las lágrimas a un público que les lanza rosas al escenario.
En asociación a la familia Akesson, «Where Sorrows Bears my Name» vuelve a retomar los duetos vocales mientras la música sinfónica se torna un poco errática. Este aspecto hace relucir la intrincada forma de componer de Jack, artífice de toda la producción, mezcla y masterización de un álbum que le está quedando como anillo de oro a una boda real. Quizás se eche de menos un breve incremento del bajo de Peter: ¡tampoco es del todo necesario! Épicas como ellas solas, las alegres melodías de «No Place for Us» y los toques percusionistas recorren cada área mental en busca de excitar las emociones y hacernos sentir dichos de escuchar los múltiples sonidos ejecutados por técnicas como slaps graves o acordes de progresión, así como el increíble arte solista de Jack. En un enigma total de música moderna, «House of Lies» atemoriza con los coros de trasfondo mientras que Adrienne impone los versos mediate sus variantes tonales. Los recortados riffs guitarristas no varían el tema central de la estructura teórica, sino que lo complementan muy bien con distintos puntos de vista en ayuda del resto de la banda. ¡Es como regresar al inicio del álbum sin que lo parezca! Por desgracia, la terminación del análisis nos llega con «The Old Hurt of Being Left Behind» y el retorno de los participantes extra que han prestado sus dotes artísticas. Ninguno es capaz de eclipsar a Adrienne, pues para lo poco que aparece en los breaks melódicos, no dejar lugar a dudas de que ella, Jack y Peter son los principales maestros que engendraron este exquisito disco dedicado a romper los esquemas estándares de un género musical que aún está lejos de ser explotado. Conforme Adrienne y el resto van creciendo en cuerpo y mente, la labor musical de Seven Spires madura cuales gigantes del estilo sinfónico extremo. Este cuarto álbum supone un cambio significativo respecto al pasado grupal y la senda del camino se muestra muy prolífica. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una familiar nota de 10. Comenzó triunfando por todo lo alto y al paso que va, Seven Spires no tardará en liderar las listas de ventas y festivales, ¡así que mejor estar muy atentos!
TrackList
1 – A Fortress Called Home
2 – Songs Upon Wine-Stained Tongues
3 – Almosttown
4 – Impossible Tower
5 – Love’s Souvenir
6 – Architect of Creation
7 – Portrait of Us
8 – Emerald Necklace
9 – Where Sorrows Bear My Name
10 – No Place for Us
11 – House of Lies
12 – The Old Hurt of Being Left Behind