VICTIM y su mortal concepción de “Planet of Graves”
Banda: Victim
Nación: Alemania (Germany)
Género: Thrash Metal
Álbum: Planet of Graves
Año: 2023
Que Alemania es una fuente inagotable de bandas thrashers no lo discute nadie. Cada semana, se podría decir que nace un proyecto musical nuevo, prospere o no. En la zona de Turingia, Victim quiso despedir el año 2022 con el lanzamiento de su álbum debut, «Planet of Graves», un título que no difiere mucho de la pandemia vivida respecto a la Covid19. Conformados como grupo hace más de una década, la oportunidad les vino genial para que sus canciones resonasen por toda Europa hasta llegar a nosotros. Tal fue la impresión causada que decidimos darle una escucha íntegra a este prometedor trabajo musical en el ámbito de la thrashería europea.
Si algo hemos aprendido estos últimos años, es que la soledad es muy mala, tanto que puede ser mortal. Como un recuerdo a ese sentimiento tan positivo, Victim nos presenta «Die Alone», un tema más que recomendado para honrar a aquellos pacientes abandonados en las residencias españolas a través de políticas funestas. El ambiente acústico inicial es el prólogo para que la distorsión entre de forma sutil junto al bajo y la percusión. Sin embargo, en vez de abrir la puerta, la banda revienta los muros de la casa a través de un sonido brutal y cruel sacado de las profundidades del estudio de ensayo. Sin solaparse los instrumentos entre ellos, la voz es tan directa que casi parece que está cantándonos al oído. Entre galopes y acordes aislados, el abuso de graves es la receta cotidiana de un buen thrasher. Si entramos en el solo, hay una sentimiento old school tan intenso que ensordece a cualquiera. De por sí, el primer tema es increíble, pero el homónimo, ¡ya ni hablamos! A los galopes anteriores se le suma un aspecto técnico tan nítido que se pueden imaginar los rasgueos sin cerrar los ojos. La caja de la batería soporta una presión bestial, pero los pedales aún más. La multitud de ritmos, parecidos en cierto modo, parecer otorgar algo de progresividad junto a los breaks. No es un aspecto negativo, ¡para nada! Fijémonos en la destreza al bajo, así se compensa una cadencia melódica en apariencia de las rupturas estructurales.
Sin cambiar el estilo ni un ápice, «Soul Arise» significa el levantamiento de cómo se puede cantar en el área de la progresión de acordes para que los riffs en galope principales muestren todo su esplendor sonoro. Aparte, el unísono coral en el estribillo es un grito hacia el cielo para llamar al público y armar un buen moshpit. Un tema corto, potente y muy directo que muestra el verdadero poder del thrash bávaro moderno. Enlazando los cortes musicales, «Temple of Tikal» es la canción más larga del álbum con siete minutos de puros riffs a tempos medios y mucha varianza de notas salvo en los galopes. Viendo el buen funcionamiento grupal en el micrófono, los coros regresan así como unos breaks veloces para romper la monotonía en la parte medial. Con esas estructuras prácticas, se hace más amena la escucha crítica. «Cthulhu» también dura lo suyo, pero a diferencia de su antecesor, la thrashería regresa con más old school que nunca en unos riffs repletos de escalas y dando menos espacio a la voz, que se torna algo desarraigada y cerca de la sincronización melódica total. La percusión redobla el bombo en los versos, dejando un toque clásico muy reconocible en obras maestras del thrash metal ochentero. El solo, muy afilado y preciso, se encarga de romper la mudez del break con facilidad.
Casi al final del álbum, Victim hace honor a sus principales influencias musicales y dejando claro que han venido para quedarse, observándose tal actitud en «Resurrection of Medusa». Sin cambiar la directriz de un protagonismo compartido entre las líricas y los ritmos, el estribillo es tan simple que casi revienta los amplificadores de un alarido. Elevan el tono de la mesa de mezclas de una manera que es difícil poner pegas a la producción del disco. «Urge to Kill» lo dice todo en su traducción, pues los solos no se hacen esperar, sean en guitarra o en bajo. Hay que correr para conseguir una muerte satisfactoria, así que los riffs se vuelven más agresivos en su ejecución. Un tema tan veloz que no dudamos en darle nuestro beneplácito sensorial y analítico. No obstante, el trío germánico no se queda ahí, pues «Cut» cierra el debut sin prisa y disfrutando de la gloria creativa. Lo más reseñable de aquí, sin contar la bajada del tempo, es la unión vocal de los estribillos, que darían mucho juego ante el público. Una ovación coral con cierto tono pegadizo y que no evita ser el colocón perfecto para que Victim sea objeto de nuestra devoción thrasher. Los tiempos no perdonan, pero un trabajo bien hecho puede llegar a ser inmortal si se deja constancia de él. Victim ha demostrado estar muy a la altura de un perfecto debut, así que cumplir las expectativas será el objetivo a cumplir a cada ensayo o concierto que hagan. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una aupada nota de 8,9. Afirmaré, una y otra vez, que si la pandemia nos trae joyas como ésta, ¡hay que comer murciélagos más a menudo!
TrackList
1 – Die Alone
2 – Planet of Graves
3 – Soul Arise
4 – Temple of Tikal
5 – Cthulhu
6 – Resurrection of Medusa
7 – Urge to Kill
8 – Cut