VANDEN PLAS y la metafísica de “The Empyrean Equation of the Long Lost Things”
Banda: Vanden Plas
Nación: Alemania (Germany)
Género: Progressive Metal
Álbum: The Empyrean Equation Of The Long Lost Things
Año: 2024
Raro sería decir que en el metal/rock se realizan investigaciones de acorde a la física universal. ¿Qué hay más allá de los confines del vacío? ¿Existen singularidades que puedan dar otros sentidos a la realidad? Podría ser, a la vez que no, pero el misterio está ahí. Desde hace una década, la invicta banda germánica Vanden Plas ha rebuscado en cada milésima del tiempo y el espacio la respuesta a muchos interrogantes, quedando plasmado en sus álbumes duales musicales de «Chronicles of the Immortals Netherworld I & II» y «The Ghost Xperiment: Awakening & Illumination». Tras la pandemia y con un nuevo enfoque hacia la conjunción final de los fenómenos físicos, Vanden Plas quiere encontrar la llave que abra la razón hacia el encuentro de la ecuación absoluta.
Con la formación intacta desde hace casi 40 años, el único cambio cayó el año pasado, donde el teclista Günter dejó la banda y se dio paso a la era de Alessandro, quien da inicio al álbum con el tema homónimo. Al igual que otros artistas de la talla de John Petrucci (Dream Theater) el virtuoso guitarrista Stephan recrea su creatividad en unos solos eclécticos mientras que los breaks son el área de los graves de Torsten. Mediante la ambientación de un mundo etéreo musical, Andy hace aparición con su precioso eco vocal en la distancia. Ocho minutos que se pasan volando sin darnos cuenta, o mejor dicho, poniendo especial atención a todos los aspectos que rodean a la canción y ese final épico con el incremento de la velocidad y técnica. A través de otra rica melodía dual de piano y guitarra, «My Icarian Flight» sobrevuela los niveles imaginativos de la composición de la banda. De forma oficial, Andy se deja el alma en un tono laríngeo suave y muy sinfónico, como si quisiera que le acompañásemos en el vuelo rítmico. No hace falta decirlo; la batería de Andreas da la mejor base de platillos, cajas y bombos al tema que llega a eclipsar al resto de artistas. Estamos ante el corte más breve, ¡y quizás el más intenso!
La acústica, en conjunción a las cuatro cuerdas, dan la bienvenida a «Sanctimonarium» para ofrecernos el progresivo culto a la trayectoria de Vanden Plas. Escuchar a Andy destacar las líricas con el apoyo de Torsten y Alessandro rompe los esquemas de la ideología clásica del estilo musical, donde se daba más importancia a enigmáticas técnicas instrumentales o de complejidad extrema. De esta manera, regalar diez minutos de la vida no se convierte en una pérdida de tiempo; ¡para nada! Ese break medial de acordes y arpegios queda estupendo con la batuta vocal para desembocar un impresionante solo de Stephan. La homogénea mezcla de melodías y armonías durante el resto de la interpretación resulta exquisita, bailando el tempo a la voluntad de la banda. Mucha más potencia se desgrana en «The Sacrilegious Mind Machine» y las breves harmonizaciones iniciales, que luego se transforman en un columpio que Andy utiliza para abrirnos la mente a horizontes lejanos. Esos escuetos ritmos de guitarra se respaldan con el bajo y la batería hasta la ruptura medial que conlleva unos sosegados solos afilados divididos en favor de los fuertes redobles percusionistas a modo de prólogo. En la misma línea predecesora, «They Call Me God» deleita los oídos mediante un precioso dueto de Andy y Aleesandro. El resto del grupo se va uniendo poco a poco hasta que la explosión sonora completa se hace patente con el brutal solo de Stephan. Siendo una balada progresiva, más o menos, Vanden Plas se desliga, un poquito, de los anteriores trabajos más experimentales.
Un cuarto de hora da el cierre al álbum con «March of the Saints» y la máxima expresión del quinteto germánico. Uniendo todos los elementos vistos y analizados, la magnánima técnica de los instrumentos no le quita mérito a Andy, quien susurra por los altavoces sin variar su voz en función de las varianzas compositivas. Quizás se haga pesado el tema en los breaks, pero no se pierde el interés gracias a la sutil intervención de los artistas cuando los ánimos sonoros decaen. Esos altibajos son la esencia del metal/rock progresivo y la banda sabe utilizarlos muy bien. Sin desviarse de su empírico camino a la verdad, Vanden Plas nos trae otra teoría progresiva de su visión global, aunque con un toque más cañero y directo. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una matemática nota de 9. Un buen estudio científico, incluso en el ámbito musical, no se puede resumir en dos o tres minutos, sino que pueden necesitarse horas para poder entender la realidad de una simple melodía o unión armónica.
TrackList
1 – The Empyrean Equation Of The Long Lost Things
2 – My Icarian Flight
3 – Sanctimonarium
4 – The Sacrilegious Mind Machine
5 – They Call Me God
6 – March of the Saints