Al contrario de bandas que componen temas de diez o doce minutos para desarrollar sus dotes técnicas, Loch Vostok se vale de poco tiempo interpretativo para empezar su álbum de forma magistral con «Distant Assistance». A lo bestia y sin ninguna introducción, la batería de William pega sin cesar hasta que la lírica voz de Jonas hace presencia junto a los coros grupales de ambos guitarristas. Aunque la producción es similar al anterior trabajo de estudio, la ganancia sonora se nota en el aumento de los graves y los tremendos solos puntiagudos como clavos. El break medial endurece el tono vocal aunque sin perder sentimiento. El especial ambiente de «Cult Status» no es suficiente para hacernos dormir; no mientras los graves de Patrik golpeen las paredes cuales martillos. Los suaves toques laríngeos de Jonas encajan muy bien en los versos, alcanzando octavas impresionantes. La frescura del estilo progresivo no tiene precedentes, ni siquiera en la extensa carrera profesional del Loch Vostok. Otra prueba de la afirmación es «The Great Wide Open» donde bajando el ritmo a un tempo normal, la banda se luce con una orgía musical bajo la batuta principal de Patrik y William. La creatividad de las guitarras y los intrincados ritmos no da pie a un exhaustivo análisis, dejando claro la imperiosa intención de originalidad.