CHEAT ENGINE y la visión de “Pandemica”

Banda: Cheat Engine

Nación: Filipinas (Philippines)

Género: Thrash Metal

Álbum: Pandemica

Año: 2021

Toda banda que la Covid19 haya sido su fuente de inspiración, que levanten la mano. ¿Tantos sois, de verdad? Pues voy a ser sincero, ¡que vengan más pandemias! No sé si será efecto de los confinamientos, síntomas o voluntad, pero tantos álbumes de thrash metal han visto la luz estos meses que se me hace muy difícil escucharlos todos. Una oportunidad underground se merecen todas las bandas que quieren destacar de una forma u otra, y yo intentare dársela. Extendiendo mi sentido thrasher desde la consulta, llegué hasta Filipinas, esa rica e incipiente tierra de promesas en la industrial extrema. Un cuarteto de jóvenes, bajo el nombre de Cheat Engine, presentan un genial disco de thrash oriental que me deja loco; más a los pacientes. No tanto como para ingresar en un psiquiátrico, pero reconozco que hay calidad muy buena en «Pandemica», así que vamos a darle una escucha intensiva.

El comienzo nos presenta «Cradle to Grave», una llamada a una pelea directa contra la muerte. De primeras, observo un potente bajo que se combina muy bien con la batería, siendo los pilares de la estructura musical. Las guitarras se suceden con un estilo que no llega a ser old school, sino que sigue una línea de primeros de milenio. ¿Os acordáis de los discos mediales de Testament como «Low» o «The Ritual»? Ponedles un carácter más oriental y la brutalidad habla por sí sola. ¡Los breaks revientan el escenario, seguro estoy! Siendo franco, el inicio me ha encantado y creo que no van por mal camino si quieren hacerse un hueco en mundo moderno del thrash metal. Con el título homónimo, «Pandemica» añade el elemento más notorio de los años clásicos, la pesadez rítmica. Con un sonido producido por medios propios, se merecen una mención muy apreciable por mi parte. ¡Está de puta madre, coño! Lo gracioso es que se distinguen las particularidades de la banda, sean vocales, riffs, pedales o bases. Aunque el solo queda algo descolocado en ciertos compases, no quita importancia.

Aunando el trío de altura, «Nemesis» mete algo más de tecnicidad a los ritmos. No todo es velocidad y agresividad, sino saber combinar de forma adecuada. Los coros de los intérpretes son muy arraigados al sentimiento musical que sea desea expresar. Los riffs no son muy diferentes a las primeras composiciones, pero se nota una mayor definición de los guitarristas. Incluso, la parte solista parece mejor trabajada, especialmente en los sweeps y las harmonizaciones. «Disorder» baja el tempo, aunque no lo suficiente para quejarme. ¿Por qué debería hacerlo? El caos que se escucha me gusta, sin olvidar los breaks instrumentales o la inclusión de una voz más rota. El sonido no varía mucho; ¡como si no hubiera dicho nada! Antes de pasar página, les felicito por realizar breaks inesperados, que ayudan mucho a mantener la compostura estructural. A mitad de un álbum que va de mejor en mejor, truena «Twighlight & Night», donde una acústica precede a una demostración solista de gran precisión y crudeza. Claro está, que la calma no dura todo el rato, ya que la batería se encarga, muy sutilmente, de dar una entrada bestial a la thrashería, que por muy corta que parezca, dura lo suficiente para un moshpit en directo. ¡Y no se queda ahí la percusión! «Wake Up» es el reino de la misma que, junto al bajo, no deja protagonismo a las guitarras. Si algo me gusta demasiado de Cheat Engine es la forma en la que nivelan los instrumentos para que tengan la misma presencia. Eso demuestra una unión y trabajo en equipo admirable. Las voces en off de los integrantes ponen los breaks en su sitio, ¡quedando geniales! ¡Chavales, esto sí es thrash metal oriental!

«Dark Deadline» quiere emular a sus predecesores, pero a diferencia de la acústica anteriormente expresada, se centra más en dar potencia. ¿No os suena más death? Quizás sea por la inclusión interpretativa de AJ Llorca Lagman, quien deja su huella en la banda. Un poco de diversidad estilista no es mala; otorga más creatividad. De vuelta al bucle original, «Pandemica» quiere darnos otra hostia basal con «Infest». Si antes era con la batería, el bajo se une al frontman con una perfección que los filipinos dejan como un recuerdo inolvidable. Va a ser difícil criticarlos, ¡porque han realizado un trabajo brutal! Si no me crees, el último tema, «Sons of Chaos», te reventará todos los esquemas que habías imaginado mediante mis palabras. Vuelve la thrashería, el resurgimiento de un estilo old school que cierra una obra musical perfecta de principio a fin. ¿Qué queréis que os diga? Tienen futuro, no sólo en su tierra natal. Dejaré un consejo para la discográfica o sello que los acoja. Preparad el ojete con mucha vaselina, ¡porque este cuarteto es capaz de empalaros hasta la boca! Cheat Engine demuestra ser otra promesa del thrash filipino, donde su álbum debut les coloca en una buena posición del underground oriental. Al igual que otras agrupaciones, la constancia y madurez les hará crecer al máximo exponencial. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una contagiosa nota de 8,8. Así son los comienzos de la destrucción musical; sólo les queda seguir el camino adecuado.

TrackList

1 – Cradle to Grave

2 – Pandemica

3 – Nemesis

4 – Disorder

5 – Twighlight & Night

6 – Wake Up

7 – Dark Deadline

8 – Infest

9 – Sons of Chaos