Powerwolf y el despertar licántropo de “Wake Up the Wicked”

 

Banda: Powerwolf

Nación: Alemania (Germany)

Género: Power Metal

Álbum: Wake Up the Wicked

Año: 2024

 

El culto religioso a los fenómenos inexplicables de la naturaleza siempre ha sido una fuerte inspiración de la literatura y la cultura de las naciones. En Europa, muchas bandas de metal/rock han hecho que la sociedad y su contexto interpretativo sea el motivo central de la imaginación y estilo compositivo. Uno de los casos más notorios y populares, desde hace dos décadas, es el de los germánicos Powerwolf. Arraigados a la mitología de los hombres lobo y la licantropía, la banda de los hermanos Greywolf sigue imparable en su ascenso por el estrellato de la industria musical extrema. Tras el increíble éxito de «Call of the Wild» en plena pandemia y que supuso un rayo de esperanza entre la desgracia humana, la religión nocturna retoma su trono flagrante con «Wake Up the Wicked», un álbum donde la banda ha puesto todo su afán en hacer cantar al oyente cual aullido a la luz de la luna.

Para hacer vibrar al público y que éste sienta la furia del culto, el estilo neoclásico de Powerwolf comienza a lo magnánimo con la intensa brevedad musical de «Bless ‘em with the Blade». Con una rapidez inaudita y el coro permanente del estribillo, Attila reina las líricas mientras los lobos guitarristas realizan unos ritmos que dan pie a cantar el unísono a través de los inesperados breaks. La genialidad creativa de Falk María adorna las zonas solistas, mucho más pulidas que en trabajos anteriores, hacia un estilo puro de power metal germánico. En un camino similar y con mayor orquestación de fondo, «Sinners of the Seven Seas» rebaja el tempo en favor de las síncopas y las rimas. La aparición de los coros grupales incita a seguir las melodías mientras Roel cobra un protagonismo percusionista absoluto, guiando toda la canción a la vez que el teclado de Falk María. Si no fuera por los hermanos Greywolf y Attila, todo el peso de la banda correría a cargo de él. Más lascivos que nunca y con una actitud descarada, los sacerdotes licántropos se hacen dueños de la esencia femenina con «Kyrie Klitorem». Viendo el éxtasis vocal de Attila y cómo se crece en los ritmos principales, estamos ante un tema exclusivo para hacer vibrar al sexo femenil. No es por ser un macho alfa, ¡pero procrear con este temazo tiene que ser una experiencia sublime! Adoptar el folclore y la cultura épica también tiene su lugar en el álbum, pues «Heretic Hunters» es toda una elegía al folk metal/rock que jamás creímos ver en Powerwolf. Con unas melodías cortantes y enérgicas, el tono vocal se eleva el cielo en un clamor sonoro más allá del universo conocido. Esta diversidad musical se comprometer a mover mucho más que cabezas y melenas, al igual que bailes perdidos en la nación germánica.

Las historias fantásticas nos remontan a un año muy especial, «1589». El don ambiental de Falk María se desarrolla en un conjunto teclista exquisito que da vida al mito del único hombre lobo documentado (o pudo ser una trampa, quizás…) De igual forma, la guitarra ejecuta un contrapunto de acordes que engalana la base pianística junto a los pocos toques bajistas. Con esta puesta en escena, Powerwolf nos invita a sus influencias gracias a la perfecta creatividad a la hora de escoger lo mejor de su arsenal compositivo. No se queda atrás «Viva Vulgata», la cual recupera la fuerza grupal mediante el uso intensivo de la voz de Attila, los llamativos coros y esa carencia instrumental que queda a cargo de muteados y rápidos breaks, como es el caso del doble bombo medial de Roel antes de los solos. Las catedrales tocan sus campanas en la noche, los hermanos Greywolf ejecutan el himno homónimo de los armónicos escuetamente y los muertos resucitan a través de un base teórica guiada por la batería. El inteligente estribillo es imposible no cantar a pleno pulmón, sin olvidar ese solo doble que sólo podemos aplaudir a raudales. Está claro que la banda quiere hacer saltar al público, y la fusión del heavy/power es toda una delicia. Si no tuvimos bastante con los elementos épicos de la historia, «Joan of Arc» se conforma como otra elegía para que Attila se luzca al frente y la música le baile al son de su característico tono laríngeo. Con ritmos simples y adecuados a los versos, el tema se desarrolla en un frenesí social que evoca el ardor bélico de la Guerra de los Cien Años. Más rápida que lo analizado hasta ahora, «Thunderpriest» combina las melodías puras de la creatividad germánica y la audacia de ser directo, musicalmente hablando, con el gusto de un público insaciable que desea cantar a la vez que sus ídolos. El aspecto comercial aparece un poquito si nos centramos en un cierto reciclaje rítmico del anterior álbum, pero nada que le quite originalidad, mencionando una prueba en el break medial del dúo Roel y Attila.

Eso de ser un santo no va con Powerwolf, así que los unísonos infantes de «We Don’t Wanna Be Saints» empiezan a dar los coletazos finales de un tema potente, repleto de coros y una ambientación organista propia de un Falk María inspirado en la oscuridad barroca de su alma. Sin ofender al resto de la banda, se ve que el centro teórico del quinteto es, y siempre será, el don manual del célebre intérprete. Volviendo a la cultura folclórica y social de Alemania, «Vargamor» podría entenderse como una balada sino fuera por esos cambios modales entre la distorsión y la acústica que dan un deleite especial a la escucha y nos dejan con ganas de mucho más. Este cierre al disco no será del gusto de la crítica más experta, pero es que tanta potencia sólo podía tener una salida, siendo la unión de los asistentes en un grito de júbilo por la genialidad creada en estos tiempos de fusiones y experimentaciones. La intensidad que la religión licántropa impregna en sus temas ha vuelto a demostrar que su creatividad no tiene límites, así como aunar a todo el público en un único aullido en favor del metal/rock moderno. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una resurrecta nota de 10. Al igual que otros congéneres, Powerwolf ha retomado sus raíces más históricas en su creatividad musical.

TrackList

1 – Bless ‘Em with the Blade

2 – Sinners of the Seven Seas

3 – Kyrie Klitorem

4 – Heretic Hunters

5 – 1589

6 – Viva Vulgata

7 – Wake Up the Wicked

8 – Joan of Arc

9 – Thunderpriest

10 – We Don’t Wanna Be No Saints

11 – Vargamor