NIGHTWISH y el camino infinito en “Yesterwynde”

Banda: Nightwish

Nación: Finlandia (Finland)

Género: Symphonic Metal

Álbum: Yesterwynde

Año: 2024

Hay cosas que se pueden repetir hasta la saciedad y aún seguirán sin aceptación por parte del mundo musical. Nightwish abandonó el genial estilo sinfónico duro con la partida de Tarja (¡todavía nos duele mucho!) y partir de ahí, la dilución creativa e intentos de volver a los años dorados ha sido una odisea por parte del grupo (más de Holopainen, ¡sin duda!). Cambios continuos en la formación, algunos discos de dudosa calidad que han coqueteado con el pop rock y otras vertientes modernas, la salida de Marko Hietala en plena pandemia y el difícil reemplazo… Lo extraño es que Nightwish siga en pie incluso tras anunciar el “supuesto parón indefinido” de shows en vivo. Después de los altibajos y descalabros, lo cierto es que ya tocaba un nuevo álbum y muchos nos pusimos a temblar con las buenas nuevas, pero no de emoción (¡ojalá hubiera sido así!). ¿Seguiría la banda sin encontrar una nuevo camino que convenciese al público? ¿Habría alguna opción de recuperar el sonido de antaño? Estas respuestas y otras parecen haber sido escuchadas con «Yesterwynde» puesto que, para seguir la estética de los últimos lustros, creemos que Nightwish podría haber recuperado su esencia clásica y combinarla adecuadamente con los nuevos tiempos.

Cual película antigua de recorrido orquestal en una cinemática de recuerdos imperecederos, el tema análogo abre el disco en una introducción eclesiástica. Viendo a Tuomas en el órgano y cientos de coros a su alrededor, la historia da comienzo en una bella acústica fantasiosa donde las flautas y la dulce voz de Floor llaman a iniciar un camino hacia la infinidad musical. De ahí, «An Ocean of Strange Island» es un largo recorrido (casi diez minutos, ¡como si nada, oiga!) de diversos matices sobre una secuencia que haga honor a temas tan épicos como «Ghost Love Score» o «Song of Myself». Veloces riffs de Emppu en galope o alternantes, un registro tonal de la soprano haciendo que las líricas sobren vida por sí solas mientras ella permanece en el anonimato, la batería de Kai brillante en todo su kit, el legado de Marko recogido por Jukka (Wintersun) y su potencia grave bien nivelada, la presencia de una integración artística con un toque holístico precioso… Y sí, elementos clásicos del barroco que ofrecen múltiples puntos de vista sobre lo que es capaz de hacer Nightwish en la actualidad. Aburrirse de este tema es difícil, ya que atender el análisis exhaustivo significa perderse en un mar melódico repleto de sorpresas. En verdad, los dos últimos minutos de ambientación marítima sobran del tirón, pero tratándose de Nightwish, ¡se lo perdonamos! En una calidad que recuerda a temas con mucha pesadez y crudeza sonora, «The Anikythera Mechanism» juega con los cambios de tempo a la vez que el dueto vocal de Floor y Troy, quienes siguen ejerciendo una labor encomiable en dar personalidad al álbum, se reparten el protagonismo central. Seguir dando mucho nivel al bajo es una idea excelente, pues aunque no esté Marko, el resalte sobre la guitarra no rompe la estética del grupo. El break medial exótico no tiene una razón lógica de existencia, pero resulta de base para que las sinfonías se expresen a los ojos vigilantes de Jukka y Kai. La finalización con el simple solo de Emppu retoma la coda para que la gente salte y baile al son de la creatividad vital.

Aparte del aumento de la batería y un sobresaliente trabajo vocal de Floor, «The Day of…» logra que las líricas se hagan rítmicas y marquen los pasos de los coros adyacentes. Un poquito más de distorsión en el sonido le habría venido genial a la guitarra, aunque la gran mayoría tachará este tema de cursi y pegadizo (¡no les falta razón, en cierto modo!). A expensas de la sociedad, el contrapunto laríngeo respecto a los instrumentos es muy notable, lo cual no se crea de la noche a la mañana. Presentado como el primer sencillo del 2024, «Perfume of the Timeless» es otra historia de elegía orquestal (en demasía) con ocho minutos de intensa ambientación a cargo de Tuomas y los continuos espectáculos individuales de los artistas. Para servidor, si hubiera que elegir entre este corte y el segundo mencionado antes, la preferencia recaería aquí. Si no fuera por los primeros minutos de evocación, empezar con esos ritmos directos y potentes haría que Floor ganase un extra de armonía conjunta al bajo. Cogidos de la mano en el objetivo de hechizar la acústica circundante, el sexteto ya nos hizo disfrutar hace unos meses, así que hay que agradecer que los efluvios clásicos se hayan recuperado (no tanto como quisiéramos; ¡algo es algo!) Troy, volvemos a reiterar que tu apoyo vocal no siempre es necesario, ya que si quitamos la extensa dilatación del corte, ocho minutos se pueden resumir en cuatro fácilmente, ¡y queda mejor! Sin batería ni percusión (salvo toques folclóricos al final) «Sway» es un canto especial a nadar por el tiempo y el espacio; una balada, ¡ni más ni menos!. Ahora sí que Troy se hace imprescindible en el dueto con Floor, lo cual muestra la versatilidad compositiva en una espiral creciente de sentimientos y emociones a flor de piel. Podría omitirse esta canción del álbum, pero eso le quitaría mérito a lo que lleva haciendo la banda recientemente; es una decisión difícil de escoger.

En la mitad del disco, el doblete de «The Children of ‘Ata» y «Something Whispered Follow Me» remarca la nueva dirección que Nightwish tomó hace décadas. Escuetos elementos poperos que desembocan en el metal/rock sinfónico esperado por todos, Floor y su tono laríngeo que adaptó la cultura juvenil al estilo finés grupal, la guía teclista de Tuomas en galopes que Emppu ejecuta por detrás sin rechistar, Jukka sosteniendo la base con el portentoso Kai… No está nada mal comprobar el esfuerzo de abandonar los desastres previos y empezar desde cero. ¡No todo va a ser criticar, por favor! Al igual que hemos oído hasta ahora, «Spider Silk» se conforma como un dominio exclusivo de Tuomas al piano en el inicio, el cual cambia a orden de la entrada de Floor. Amparada por Jukka en las líricas, la cantante neerlandesa se hace fuerte en el asedio instrumental, lo que resulta en una ausencia de monotonía por las sorpresas que se van desvelando en función de los coros y colaboraciones. A modo muy juicioso, «Hiraeth» es una espada de doble filo. Por un lado, la pareja vocal regalándose caricias de amor y de fondo orquestal. Al contrario, una obra de symphonic/power aligerado que gusta más en su despliegue sonoro a través de la imaginación aunada en años. Si le quitamos la puesta en escena atmosférica, ¡ni cuarenta minutos duraría el disco! Cerca del final, «The Weave» mete una velocidad singular a cargo de Kai y su doble bombo donde el resto le siguen en maestría, teniendo el tema más rudo en cualquier aspecto a describir (oíd el tremendo clamor de Floor en el último compás; ¡que bestia es la tía cuando quiere!). El sensacional e inesperado cierre de «Lanternlight» se conforma como una despedida que se marcan Tuomas y los cantantes, dejando un sabor de boca muy melancólico. La modulación del tempo y la estética musical en teoría menor se comparan a una ópera trágica, sin olvidar la participación de Troy que da término absoluto a la película, sacando el pañuelo de aplauso y ovación. La ruta descrita ha dibujado un nuevo horizonte en el metal/rock sinfónico. Esperanzados en un regreso a la vieja escuela, Nightwish ha cumplido con las expectativas que se tenían en su ansiada vuelta a los estudios y grabaciones. Falta cumplir en directo y el éxito musical seguirá siendo suyo durante décadas. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una privilegiada nota de 9. Evitando el pesimismo, mantener la voluntad fría es la clave que Floor, Tuomas y compañía deben atesorar y mostrar sin mirar atrás.

TrackList

1 – Yesterwynde

2 – An Ocean Of Strange Islands

3 – The Antikythera Mechanism

4 – The Day Of…

5 – Perfume Of The Timeless

6 – Sway

7 – The Children Of ‘Ata

8 – Something Whispered Follow Me

9 – Spider Silk

10 – Hiraeth

11 – The Weave

12 – Lanternlight