LIVLOS y el surrealista sueño de “The Crescent King”

Banda: Livlos

Nación: Dinamarca (Denmark)

Género: Melodic Death Metal

Álbum: The Crescent King

Año: 2024

Se decía que había un rey que siempre soñaba con el cielo, a pesar de tenerlo sobre su cabeza día y noche. En su torturada mente, la lejanas tierras del reino danés se transformaban en páramos que gobernaba (con puño de hierro) ante la visión de las estrellas y otros astros. No conforme con el dominio que poseía, se alzó tanto que acabó despierto de su sueño mientras era quemado en una pira social. Puede ser una historia inventada por servidor, pero a ojos de la banda Livlos, la temática del nuevo álbum «The Crescent King» estaría más próxima de la verdad. Todos queremos ser testigos de la imaginación más surrealista posible, así que el tercer lanzamiento en estudio de Livlos nos abre la mente a otro destino más allá del death metal clásico europeo.

En la traslación terrestre, la realeza extrema danesa compone los surrealistas alrededores con la introducción ambiental de «Solstice». La desmedida distorsión de los pocos ritmos perceptibles por el vacío universal sólo desea estallar cuanto antes, así que «Orbit Weaver» rompe la voluntad a través de la veloz y desarraigada voz de Niklas, un experto en estremecer a la muerte. La cruda melodía se sustenta en la bestial base percusionista de Thomas, quien golpea su kit sin piedad alguna. El contrapunto guitarrista de Franz y Kenneth sigue siendo una apisonadora de la teoría musical, ya sea en la errática ejecución de los breaks, cambios tonales y ese desdén por no seguir las reglas comunes del mundo metal/rock. Ya que este álbum es una recreación de un majestuoso sueño, el tema homónimo ofrece una visión limpia de ritmos arpegiados que caen en la tentación de los tempos medios. La dualidad vocal deja una estética muy interesante en la interpretación de las líricas, siendo este hecho la clave del enganche que Livlos provoca en los oyentes, así como los moshpits en directo. Sean seis minutos como veinte, la calidad creativa no merma ni en las rupturas continuas del trasfondo extremo. En el death metal melódico, la variación es fundamental a la hora de captar la atención del público, al igual que en el sonido. Por ejemplo, «Maelstrom» empieza bastante floja con acordes quebrados y un bajo sobresaliente, pero los momentos armoniosos se modulan en una graduación creciente de la intensidad hasta un éxtasis de gritos que cambia sin razón alguna. Este caos se comprende de unos solos cortantes y bien nivelados, pues junto a Niklas, todos los instrumentos se unen en la ganancia unísona.

Hay que reiterar el trabajo grave de Benjamin, quien se hace muy fuerte en «Usurpers» incluso detrás de ambas guitarras, realzando la importancia de las pausas. Como hacedor de la estructura formal de la banda, los saltos y galopes melódicos ejecutados a la vez de los versos son una fuente de violencia social repleta de extremismos sonoros. Olvidarse de Thomas es imposible gracias a su concordancia rítmica y el don baterista que le convierte en un pilar insustituible de Livlos. A las estrellas se dirige su majestad y sin tregua a un servidor, «Scourge of the Stars» engaña fielmente cuando creemos que la lentitud iba a dominar el corte. Rapidez a raudales, voz aguda cual cuchillo mellado, guitarras reventando planetas y lunas mediante riffs demoledores… ¡Alto ahí! ¿Y ese solo de bajo tan bruto y la continuidad en el cambio estructural? ¡Ahora sí que nos hemos quedado atónitos! Muchas sorpresas se descubren aquí, tantas que es imposible dar salida a todas, de modo que ya sabemos quién se lleva la preferencia del disco. Algo más calmados después de unos trallazos sin parangón, el quinteto danés agarra la pesadez del old school y recoge la siembra con «Harvest». Mediante una hábil versatilidad de los compases, las letras de Niklas se evaden de cualquier amarre y comienzan a ganar territorio ante la creciente distorsión del fondo ambiental. Enigmáticos como ellos mismos, los artistas se apartan un poco para que el bajo disfrute de un protagonismo absoluto.

En la imaginación del rey celestial, «Solace» es una inspiración especial de aquello que le rodea. Galaxias, estrellas, nebulosas… Un cúmulo del vacío que le corresponde sólo a él tras conquistarlo en compañía de Livlos. Subiendo los escalones del old school, «Throne of Cosm» exalta un genial riff alternante propio del thrash metal que se combina con progresiones caóticas en un sonido moderno capaz de reventar tímpanos en cualquier registro, fuera agudo o grave (¡que se lo digan a Benjamin!). Los cambios de tempo, al igual que la multitud de breaks, tienen una ideología extrema singular que nadie llegaría a crear, ni siquiera la calma antecesora que se cuela de la mano del fondo grupal. Por último, «Endless Majesty» despierta la furia interior de la banda y escapa del rey mediante efluvios previos de thrashería. Aquí no se salva nadie de las pulidas técnicas guitarreras de Franz y Kenneth. Galopes rapidísimos, acordes de poder salteados, síncopas a demanda… Si no fuera por el break armonizado de escalas exóticas adornadas de sutiles golpes del bajo, podríamos decir que se trata del cierre musical más despiadado de un álbum sin obviar el tremendo solo que devuelve la realidad de un penetrante estilo creativo fuera de sí. Soñar otra obra musical parecida sería un acto de benevolencia que necesitamos más a menudo. Dinamarca se anota un tanto de puro death metal a cargo de un quinteto dispuesto a llevarse, por delante, al mundo metal/rock. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una real nota de 8,7. ¡Ojalá algún rey tuviera la visión dantesca de Livlos! Sería toda una locura, ¿o no?

TrackList

1 – Solstice

2 – Orbit Weaver

3 – The Crescent King

4 – Maelstrom

5 – Usurpers

6 – Scourge of the Stars

7 – Harvest

8 – Solace

9 – Throne of Cosm

10 – Endless Majesty