Imperia y el pecado de “Dark Paradise”

Banda: Imperia

Nación: Países Bajos (Netherlands)

Género: Symphonic Metal

Álbum: Dark Paradise

Año: 2024

La génesis alternativa del mundo decía que los primeros humanos, Adán y Eva, fueron expulsados del Edén por culpa del pecado que la hembra cometió al comer una manzana prohibida. El ofrecimiento corrió a cargo de una serpiente; la posible encarnación el mal. ¿Y si Adán y Eva, en el destierro, crearon un paraíso terrenal oscuro en el que encadenaron a su descendencia? Ese caso, la banda neerlandesa Imperia habría encontrado una respuesta al posible interrogante y la utilizó para crear su nuevo álbum de estudio, «Dark Paradise», donde los ambiguos conceptos del bien y el mal se mezclan con el toque sinfónico que Helena y compañía ofrecen al público en base a un creatividad ilimitada y llena de sorpresas.

Viviendo en un mundo de constante desarrollo, la introducción tecnócrata de «Better Place» finaliza en cuanto la preciosa voz de Helena hace acto de aparición junto al resto de la banda. Para ser un cuarteto sin compartición de roles, no se niega la perfecta sincronización de los artistas para crear ese particular estilo sinfónico neerlandés. Los breaks se aprovechan, muy bien, en favor de Helena mientras que las líricas cogen una consistente vínculo debido al dúo de Jan y Gerry. El genial solo guitarrista lleno de enérgicos harmónicos se hace muy especial, como si gobernase la totalidad del tema. Bajo un riff solista cultural y los redobles de Merijn, «Reach my Tears» se guía de una tremenda influencia clásica. La estructura musical parece sacada de una ópera, pues Helena se desliza, en gracilidad absoluta, por las orquestaciones que originan un pequeño recrudecimiento medial. Sin duda, una canción que va a mover masas y generar una admiración por la forma de componer. «The Family Chain» no se queda atrás, ¡ni mucho menos! Aligerando las melodías en una inclinación acústica sin apenas distorsión, la exótica tribal domina a Imperia hasta que Gerry aumenta los graves, hecho que Jan también realiza. Si cerramos los ojos, podemos imaginar a Helena sosteniendo la manzana del pecado mientras el resto de la banda danza a su alrededor. No nos atreveríamos a catalogar este tema como una balada, ¡y es difícil resistirse! Si no fuera por los momentos de tralla e incremento de la intensidad, la evidencia no se podría refutar.

Si antes se dice, ¡aquí llega la calma musical que sí da pie a una tonada como tal! La escueta guitarra y sus acordes se apoyan en un piano que ejerce de batuta para que Gerry e Merijn eleven a Helena como la única protagonista de «The Tree of Life». La forma en que la soprano nos deleita con su tono vocal sería capaz de atravesar el corazón del humano más insensible, y más si la adornamos con ritmos y solos que Jan compuso gracias a su dilatada experiencia teórica. Sin ganas de seguir llorando de la emoción, «Reflection» provoca que Helena y Gerry se lleven los versos hacia la música de cámara una vez más. De fondo, hay unos pequeños coros grupales, pero tan imperceptibles como un silbido en el aire. Es meritorio comprobar cómo la guitarra, única como ella misma, se gana el respeto a través de una ejecución nivelada sin mucha pesadez. Este hecho ayuda a que la voz sea mucho más nítida; por ejemplo, en «Soldiers of Hell». La sonoridad exótica regresa en unos efluvios orientales que Imperia lleva utilizando desde sus orígenes. Ahora sí que podemos observar la inclusión vocal externa, aunque sea con rasgados laríngeos que rozan los guturales. El agudo contraste de Helena es idóneo en los interludios instrumentales que dan paso a la creatividad solista de Jan. Corear el estribillo es una tarea divina por su localización armónica terminal de los ritmos principales. En un estilo mucho más power con Merijn soltando su pulida técnica, «Void of Emptiness» nos enseña las múltiples texturas laríngeas que Helena puede adoptar para que sintamos las líricas más vivas que nunca. Los agudos que alcanza son una pura delicia que exige una fuerte preparación fonética.

Volviendo a la centralidad pianística y los muteados acordes de Jan, «Hope of Joy» no hace honor a su título, porque más que alegría, la esperanza recae en la increíble orquestación de trasfondo que hay alrededor de la estructura musical. Cada álbum que saca, da la sensación que Imperia quiere ganarse el favor de la ópera sea como sea, ¡y eso es innegable! La acústica inicial de «Lost Souls» abre el alma hacia una dimensión de oscura belleza que Helena recrea mediante distintas personalidades tonales en un contrapunto bastante curioso. La entrada total de la banda no se hace esperar y mediante apariciones esporádicas, cada artista interactúa con la soprano en duetos de diversa índole. De esta manera, siete minutos se convierten en un disfrute hipnótico que nos hace perder la noción del tiempo. El tremendo final con «The Demons’ Fireplace» resulta en una singular explosión artística donde Helena y las melodías pianísticas recogen la ambientación interpretativa del álbum. En una unión estructural simple pero efectiva, el alma de los oyentes reacciona al talento compositivo de la banda y mueve las emociones con total impunidad. Con veinte años de trayectoria profesional y sin apenas cambios en la formación, Imperia escribe otro inverosímil capítulo en su Biblia musical. Ahora, sabemos que el pecado original no fue cometido por Eva y el mandato de una serpiente, sino que Helena hipnotizó a la primera mujer y la guió hacia el exilo de la Humanidad. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una infiel nota de 9,4. ¡Qué bonito es dejarse seducir por el pecado musical, y más si Imperia es quien nos lo ofrece!

TrackList

1 – Better Place

2 – Reach my Tears

3 – The Family Chain

4 – The Tree of Life

5 – Reflection

6 – Soldiers of Hell

7 – Void of Emptiness

8 – Hope of Joy

9 – Lost Souls

10 – The Demons’ Fireplace