HORNA y los himnos nocturnos de “Nyx - Hymnejä Yölle”
Banda: Horna
Nación: Finlandia (Finland)
Género: Black Metal
Álbum: Nyx – Hymnejä Yölle
Año: 2024
En la mitología, el vacío existencial era el dominio absoluto de Caos. De repente, engendró a dos deidades, la oscuridad y la noche, quienes tuvieron la razón de ser el único relleno que Caos tenía para el universo en sí. Érebo cubrió de negro cualquier rincón del vacío y su hermana Nyx lo rellenó de estrellas y cierta luz para ser la reina que su padre quería. Más tarde, surgirían, en contraparte, Éter y Hemera (La Luz y el Día) de la unión de Érebo y Nyx. Según la literatura divina, Nyx jamás se encontraba cara a cara con Hemera y, a diferencia de ésta, se decía que la noche era reservada, introvertida y muy silenciosa. Bajo la influencia de esta diosa, la banda finlandesa Horna ha decidido honrar a la progenitora con un singular elenco de himnos que realzan la importancia de la ausencia cromática en los cielos mientras los astros celestes observan, en el calor de la presencia existencial, cómo su madre los arropa y acompaña en el trascurso del tiempo y el espacio infinito.
Al principio, el Caos gobernaba en solitario, incluso con su primera descendencia. Horna realiza el mismo destino en el primer himno, con un Spellgoth tan crudo en su voz que casi ralla lo inconcebible. Por mucho que las guitarras de Shatraug e Infection se rifan el protagonismo, nadie puede hacer frente a la estructura de base, donde el kit baterista de LRH golpea a los elementos universales sin piedad alguna, sea en una velocidad trepidante o dejando espacio que Vnom rellena al instante. La evocación de la percusión y los graves en el break medial ofrece una visión interesante de la armonización dual hasta que Spellgoth vuelve a las andadas y se impone a la ruda distorsión propia del estilo blacker. Se denotan ciertas escalas y progresiones de notas, lo cual evidencia que el álbum se ha creado con lógica y no a lo loco, como la gran mayoría alegaría. Para el segundo himno, algo más breve en duración, el tempo se acorta en detracción de la pesadez y producción, que se observa mucho más nivelada con una mejor atención a la calidad instrumental. Aunque ambos guitarras no dejen de romper cuerdas a cada riff que cambie la tonalidad, reiteramos la sentencia de que estas canciones poseen un trasfondo divino que la propia Nyx es capaz de apreciar en su oscura soledad. Hay que tener en cuenta que la voz y la percusión se unen en algo más que la música; la sangre también tiene un componente familiar. Otro aspecto a valorar muy exhaustivamente es la facilidad de enganche que Horna posee sobre el oyente y los fans, manteniéndolos cuerdos a la vez que menea melenas y rompe cabezas contra la pared.
La blackería sigue intacta en el tercer himno y, a expensas de que nos tachen de cursis, las primeras melodías se inclinan hacia una estética alternativa. En combinación del abuso tétrico y teorías menores, la forma de conectar las líricas con la agresividad sonora da pie a pensar en la creación de música extrema capaz de generar sentimientos de empatía hacia la diosa de la noche. Quizás Horna esté fuertemente influenciado por ella, lo cual explicaría el sentido que toma el disco con una disminución de la salvajería y puesta en escena de la virtud creativa. Dirán que sí, pero la equivocación es inmediata en quienes digan que el cuarto himno retoma el old school blacker de finales de siglo. Hay signos que lo indican, como la continua batería de LRH o el fulminante trabajo laríngeo de Spellgoth; no son pruebas suficientes para quitarle mérito a los artistas, quienes dan todo su ser en rendir homenaje a Nyx como se merece. Por ejemplo, el break solista de repetición no llegar a ser tedioso o parecido, sino que Vnom texturiza los graves en un marcaje distinto de la apreciación sonora junto a una de las guitarras. ¡Estos pequeños detalles son muy importantes a la hora de distinguir las variantes del black metal actuales! El último himno y quinto ya entra, de lleno, en la fusión de estilos extremos, donde el thrash recoge el testigo de la rapidez alternante de los ritmos. La furia se expresa por sí sola y el público, hostigado por las Keres (descendencia de Nyx) no tiene más remedio que rendirse a Horna y aceptar la sentencia de una destrucción inevitable, en los moshpits, a cargo de Vnom y ese tremendo solo bajista que se encuadra entre los cánticos agudos de Spellgoth y la guerra mutua de Shatraug e Infection.
El álbum podría haber tenido un bestial final, pero aún queda un as en la manga. Hex Inferi tuvo un gran repercusión en los años que militó en el grupo finés, así que Horna le otorga la distinción de un tema propio, «Kuoleva Lupaus». Sin distorsión alguna y en compañía de una guitarra acústica, el black metal más puro y emotivo se abre paso como Nyx paseando por la bóveda celeste junto a la tenue luz de las estrellas que la acompaña. La breve torsión de las ondas vocales suele poseer algún desdoble coral. Cuando comienza a aparecer una primitiva percusión tribal, la acústica se torna enigmática y amenazante; justo lo que se necesitaba para endulzar el ambiente y cerrar el álbum con una intensidad increíble que nos ahoga en la noche perpetua. ¡Ni en el pasado Horna se atrevería a romper los esquemas del black metal clásico! El intento le ha salido a pedir de boca y en la gracia divina, el abrazo de Nyx les engalana con su frío beneplácito nocturno. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una nocturna nota de 9. Quien piense que el black metal es sólo Satanás y quemar iglesias, merece la hoguera eterna por su ínfimo raciocinio.
TrackList
1 – Hymni I
2 – Hymni II
3 – Hymni III
4 – Hymni IV
5 – Hymni V
6 – Kuoleva Lupaus