Crónica: Ingested y Fallujah destrozan a Madrid sin piedad
Hay cosas en el mundo que, por mucho que se intente, no cambiarán jamás. Por ejemplo, el gusto que tiene la promotora Madness Live! por destrozar salas de conciertos a través de bandas salidas de un insano psiquiátrico (¡en el buen sentido, claro!) y llenado social absoluto. El año pasado, los británicos Ingested acompañaron a Cannibal Corpse en su paso ibérico y ahora les toca liderar una gira propia para presentar su reciente álbum «The Tide of Death and Fractured Dreams». Conocemos cómo se las gasta Ingested para derruir mentes con su brutal estilo death metal, pero acompañarse de los americanos Fallujah no lo vio nadie venir, ni siquiera después del concierto en la Sala Moby Dick. Si encima sumamos la presencia de los sudafricanos Vulvodynia y los australianos Mélancolia, la línea que separa ambos hemisferios planetarios se disuelve para otorgarnos una visión global de la mejor apuesta extrema de este año en la capital nacional.
MÉLANCOLIA
Media hora… Sólo una simple y llana media hora le bastó a Mélancolia para explotar a un público entregado a la voluntad de la banda de Melbourne. Las nuevas corrientes extremas del death metal/deathcore tuvieron una representación inaudita a manos de un cuarteto que no necesitó de una base musical para realizar un show fuera de sí y encauzado por la imponente figura de Alex. Alocado al frente del escenario, los lengüetazos y salivazos del micrófono no quitaron calidad a su brutal voz gutural y actitud social, pues bien se rodeó de los fans en todo momento. Cinco temas del álbum debut consiguieron armar moshpits por todo el recinto, los cuales se guiaron con las atronadoras guitarras de Joshua y Billy. Sin quitar la vista a los instrumentos, quebraron los ritmos y solos con espeluznantes breaks en «God Tongue» e «[Inure]». Por supuesto, la ayuda de Mason a la batería dio una bestial personalidad a los temas junto al sonido técnico, resultando en unos violentos headbanging que llegaban a la puerta de salida. La gente quería jaleo y, para ser el primer bocado de la velada, Mélancolia supuso un arranque mejor del que muchos se esperaban.
Setlist
Horror_Ethereal
Dread Will Follow
God Tongue
HissThroughRottenTeeth
[Inure]
VULVODYNIA
Provenientes del sur africano, Vulvodynia no se quedó atrás en el abultamiento de la gente por disfrutar más de la locura extrema. Llenando la sala al borde del Sold Out, la banda salió a comerse al público y repartir dolor genital sin distinción de sexo. Sin embargo, cerca de la mitad del repertorio, la banda tuvo que enfrentarse a un duro golpe que se pudo sobrellevar mediante la ejecución instrumental del resto del show. La ausencia de Lwandile al frente tuvo un sustituto, Zdenek, cuyos guturales fueron bien hasta que un incipiente malestar le obligó a abandonar el escenario, recogiendo su testigo Billy, guitarrista de Mélancolia. La fatalidad volvió a hacer acto de presencia y Vulvodynia decidió seguir como un trío, pues la gente quería guerra, hubiera voz o no. Dicho y hecho, la banda tocó el resto del setlist con una premisa de subidón. Tanto Kris como Luke provocaron que el nítido sonido conjunto de sus guitarras se convirtiese en una máquina de breaks y melodías capaz de generar un placentero calvario que el público tomó como anestesia pura y dura. La sonrisa y el disfrute orgásmico de Thomas, cada vez que sus baquetas golpeaban los enseres de la batería, tenía un componente vicioso que llamaba la atención como si nada le importase salvo extenuar a los presentes al límite. En el final de la actuación, Vulvodynia se rodeó del apoyo social como paliación de los problemas sufridos, lo que le valió una ola de aplausos y peticiones de bises.
Setlist
Psychosadistic Design
Mob Justice
The Disconnect
Reclaim the Crown I: The Burning Kingdom
Nyaope
Echoes of the Motherland
The War Within
Unparalleled Insubordination
FALLUJAH
Desde hacía tiempo, el público pedía que Fallujah viniera a España y el sueño se cumplió con creces. La banda de Scott Carstairs dejó constancia de su total reforma en la pandemia, donde vio la luz el disco «Empyrean» y que supuso un fuerte empujón mediático a la carrera de la banda californiana. Rodeándose de artistas con mucha calidad musical, Fallujah expresó toda su potencia de las variantes del death metal ante la completa sorpresa de los presentes. Conformados como un quinteto de elegantes adultos, el gran show vivido satisfizo las ansias y ganas de la capital por ver a una de las bandas icónicas del momento actual. Aunque no hubo tanto movimiento respecto a las anteriores actuaciones, sí que se vio un aumento de la curiosidad y admiración, ya que muchos estaban pendientes del particular estilo que tiene Fallujah y el cual es muy difícil de clasificar en un ámbito concreto. Por lo demás, un sonido puro y brutal les ayudó a una conexión social que no se rompió ni después de la despedida.
Entre los álbumes «Empyrean» y «Dreamless» se movió casi todo el repertorio, aunque hubo guiños a los inicios de la banda con los temas coreados «Carved From Stone» y «Cerebral Hybridization». Algunos asistentes se sabían las líricas mejor que el propio cantante, Kyle, quien reconoció la evidencia en favor del cálido recibimiento. Sin embargo, el aspecto gutural era de él, ¡y nadie podía igualarle en la técnica vocal! Scott y Sam retumbaron la distorsión rítmica por toda la sala, quedando los solos repartidos en unos relativos duelos que la gente aplaudía, al igual que en los breaks de «Adrenaline» y «Soulbreaker». Carismático a los graves con su melena al viento, Evan no dio tregua a la calma ambiental con su protagonismo en «Eden’s Lament» a la vez que algunas lágrimas de emoción saltaban de los fans. Por detrás, y con su torso cubierto para decepción del género femenino, Kevin aporreaba la batería mediante una habilidad complicada de seguir y unos pedales electrónicos en la ausencia de bombos como tal. Fallujah regaló un tema de adelanto del nuevo disco, «The Obsidian Architect», que otorgó las pistas necesarias de lo que se avecina en breve. Por ello, y encantados por la sensación transmitida en el recinto, la banda culminó su show con «Radiant Ascension» bajo un manto de apoyo incondicional que, de seguro, les volverá a traer por tierras ibéricas.
Setlist
The Bitter Taste of Clarity
Adrenaline
Eden’s Lament
Soulbreaker
Carved From Stone
Cerebral Hybridization
The Obsidian Architect
The Void Alone
Radiant Ascension
INGESTED
Lo que ha cambiado Ingested de un año para otro se puede describir en una palabra, inhumanidad. Era imposible que los ánimos decayesen, pues hablamos de una de las bandas más reconocidas en la industria musical extrema sajona. Lo más extraño de la actuación fue que, al final, la sala Moby Dick siguiese en pie y la gente caminando por sí sola. En verdad, hubo otro aspecto que funcionó muy bien, la inclusión de otra guitarra y coros a cargo de Andrew. Si no había bastante con Sean moviendo su melena al son de su caótico estilo musical, ¡otro más ya es el remate! Quien quisiera darlo todo en beneficio de los extremos modernos, perderse a Ingested es para pegarle durante la eternidad; mejor dicho, meterlo en un moshpit y que no saliese vivo. Desde que le vi al bajo con dieciocho años, sigo pensando que Thomas debería convertirse en miembro oficial de la banda y dejar de ser un músico de sesión en vivo, porque fue la estrella del show junto al singular cantante Jay.
La pandemia de la Covid19 es la culpable, sin duda alguna, de que Ingested saque discos sin dar tiempo a escuchar los anteriores. «The Tide of Death and Fractured Dreams» fue lanzado hace casi un mes, recaudando un sinfín de reseñas positivas, de modo que por ahí se abrió el repertorio con «Paragon of Purity» y «Pantheon». Jay aprovechó el ambiente generado por las bandas predecesoras para hacerse fuerte y romper cráneos con su desarraigada voz de ultratumba. Lo mismo sucedió con Lyn, cuya habilidad percusionista no le quitaba la seriedad ni a base de halagos. Apostados en los laterales y ayudando en el aspecto coral, Andrew y Sean dieron vida a discografía de Ingested con ritmos tan potentes y graves que no le hacían sombra a Thomas. «Ashes Lie Still» o «Cremated Existence» enloquecieron al público, el cual se abalanzó a los pies de los artistas. No fue para menos, ya que el estallido musical era imparable dentro y fuera de la sala. Tantos agradecimientos hubo hacia Ingested que tocar «Endless Machine» e «Impending Dominance» avivó el pesar de la inminente partida de los británicos. Ellos tampoco querían irse, pero el tiempo les falló en contra. «Skinned and Fucked» apagó la maquinaria grupal, pero no sin antes dar el pelotazo definitivo de un sonido fuera de sí en todos los aspectos. Cual vórtice espacial, almas, mentes y corazones cayeron en una espiral de aplausos y gritos que pedían más y más entre lágrimas y moshpits. No soy de las corrientes deathcore/brutal death metal; ¡no negaré que Manchester ha creado un monstruo capaz de hacerme sentir rabia y odio a tope! Si vuelven a España, un fan más habrá en primera fila para romperme el cuerpo sin piedad.
Setlist
Paragon of Purity
Pantheon
Shadows in Time
Ashes Lie Still
Better Off Dead
Cremated Existence
Endless Machine
Impending Dominance
The Divine Right of Kings
Skinned and Fucked
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