COMBICHRIST y la simplificación de “CMBCRST”
Banda: Combichrist
Nación: Noruega (Norway)
Género: Industrial Metal
Álbum: CMBCRST
Año: 2024
El uso de la tecnología y las múltiples técnicas de desarrollo electrónico ha facilitado, en gran medida, la expansión de la música (en cualquiera de sus géneros). En el mundo del metal/rock, el acertado abuso de la ciencia tecnócrata dio origen al ámbito industrial, pasando por sus raíces primigenias como el EBM. No son pocas las bandas que han llevado el industrial metal/rock a la fama total, como Ministry, Rammstein o Nine Inch Nails. En Noruega, el nuevo milenio estrenó la original temática con el artista Andy LaPlegua, reconocido líder de múltiples bandas, sobresaliendo Combichrist de entre todas. Con casi una decena de discos dedicados a mover el cuerpo del público bajo un estilo único, Mr. LaPlegua simplifica el logo de la banda para dar forma a su nuevo trabajo de estudio y llevarlo a otro éxito asegurado.
Puede que muchos critiquen el estilo bailable y pegadizo de los álbumes de Combichrist, y muy errados estarían. Aparte del cuerpo, la cabeza y mente siguen los increíbles ritmos de «Children of Violence», la inaudita apertura del disco que hace las delicias de la trayectoria de Andy y compañía. Con ritmos sincopados y mucho uso de electrónica, las múltiples voces rompen los esquemas estándares de forma continua. El aspecto tecno no falla en su desarrollo musical durante el estribillo y hace que la música sea pletórica con efluvios de finales del milenio pasado. Mucho más distorsionada y enfocada al público del hardcore, «D for Demonic» aumenta la velocidad de la batería y los teclados a través de melodías tecnócratas inclinadas hacia el EBM más puro. Aunque el break final deja abierta la puerta a un ambiente espacial y acústico, no quita mérito a la genialidad compositiva. Tanto «Heads Off» como «Only Death is Immortal» simplifican los riffs y cadencias en similitud a otras bandas, como Pain, dejando un regusto de industrial metal/rock que juega con la tecnología y rupturas en favor de mover masas cual discoteca de los años noventa. Las guitarras se recrudecen y el bajo aparece en mitad de los versos, los cuales Andy da forma junto a ciertos coros grupales. ¡Qué recuerdos cuando sonaban hitos extremos en la MTV y salas de ocio nocturno! Ambos cortes realzan la buena forma en la que se encuentra Combichrist y su negativa a ofrecer algo distinto en estos tiempos modernos.
Todos los sintetizadores y efectos especiales suben su presencia para realizar guiños al tecno clásico en «Compliance», donde la percusión rompe oídos detrás del arraigado tono grave y algunos breaks melódicos. De forma radical y sin precedentes, «Northern Path» hace que Andy saque su liricidad en una supuesta balada que encoge el corazón hasta el último acorde y golpe. Los animales ven y sienten lo que hacen las personas en su rutina, y «Through the Ravens Eyes» nos lo explica mediante Eric y Jamie, cuyas guitarras hablan por sí solas en una distorsión puramente old school, siendo éste el tema más metalero/rockero hasta ahora. De cerca le sigue «Wolves Eating Wolves», cediendo un poco de protagonismo a los graves de Elliot mientras toda la banda canta el estribillo al alza. La mitad del álbum se ha puesto increíblemente potente, y en directo, va a ser un pelotazo tan grande que los moshpits no se harán esperar entre el enloquecido público. Después de lo que llevamos analizado, sería más que suficiente para alabar el nuevo álbum de Combichrist. Sin embargo, el EBM no tiene intención de cesar su característica labor con «Not my Enemy» y «Modern Demon» (pedazo de estilo bajista que tiene Elliot aquí, ¡un fuera de serie sin punto de comparación! Realizando algún que otro tono gutural y grito desgarrador, Andy pone sus dotes creativas en la génesis de movimiento sonoro original y que no tenga relación ni reciclado de otros discos y/o proyectos activos. Por ejemplo, «Planet Doom», como crítica social a la actualidad, la creas mediante elementos electrónicos y resulta en un frenesí futurista que lee la adversidad a la que nos enfrentamos con una textura guitarrera pegadiza. ¡Solventar problemas así sería muy fácil!
Para ir acabando este álbum tan discotequero del ámbito metal/rock, «Sonic Witch» sigue las directrices industriales de la pesadez y rudeza musical mientras Andy simula un tono muy parecido a Till Lindemann (Rammstein) en la ejecución de los versos. El término final viene de la mano de un tema escindido en dos partes muy diferenciadas, «Violence Solves Everything». Enseñando la fuerza bruta de Combichrist, cincuenta segundos de frenética velocidad dan paso a un sueño de melodías técnicas para un público exigente y que desea darlo todo en un show de Andy y compañía. Decir que este álbum no cumple con las expectativas sólo tendría sentido en boca de quienes no han dedicado su tiempo a oírlo entero. Tras más de veinte años en activo, Mr. LaPlegua continúa siendo un referente en la composición electrónica, tanto dentro como fuera del mundo del metal/rock. Este nuevo álbum deja constancia que su mente está siempre en movimiento, ¡y no hay quien le pare! Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una acrónima nota de 8,7. Cuando se trata de mover el cuerpo y ejecutar bailes hipnóticos al son de las mejores melodías tecnócratas, no existe más opción que Combichrist.
TrackList
1 – Children Of Violence
2 – D For Demonic
3 – Heads Off
4 – Only Death Is Immortal
5 – Compliance
6 – Northern Path
7 – Through the Ravens Eyes
8 – Wolves Eating Wolves
9 – Not My Enemy
10 – Modern Demon
11 – Planet Doom
12 – Sonic Witch
13 – Violence Solves Everything (Part 1)
14 – Violence Solves Everything (Part 2 – The End of A Dream)