CARMERIA y el trágico enlace de “Tragedie D’amour”
Banda: Carmeria
Nación: Australia (Australia)
Género: Gothic Metal
Álbum: Tragédie D’amour
Año: 2024
¡Qué bonito es el amor! Ese sentimiento tan incomprendido capaz de poder mover montañas, enfrentarse a la verdad, hacer sentir mariposas en el estómago… Y ser tan traicionero y vil como en las mayores obras artísticas de la Historia. En la noche austral, bajo la luz de las velas y al amparo del abrazo lunar, la banda Carmeria escribió los versos sonoros de un precioso relato inspirado en las tragedias románticas de la extensa literatura existente. «Tragédie D’amour» hace crecer las espinas en las rosas carmín, aviva las llamas del corazón y en la más bella catedral construida por las manos del hombre, una pareja se declara en una unión eterna que trasciende los límites del tiempo y el espacio… No es un resumen suficiente para dar voz a este álbum que marca la pura esencia de Carmeria.
Cuales enamorados que se encuentran en una dimensión de soledad y tristeza, «Call Forth my Sorrow» nos ambienta en una enigmática teclista que explota en un enérgico riff de paso a la voz operística de Jordan. Los coros que ofrece Jerry junto a su limpia guitarra son una delicia compositiva en todos los aspectos, pues la nitidez e intensidad cualitativa marcan unos duetos pianísticos casi místicos. Por mucha sinfonía que haya en el interior del estilo, la inclinación gótica es más que notoria. Por ejemplo, dilatando algo más el tempo y usando melodías más elaboradas en técnica y diversidad teórica, «A Thousand Winter Rains» se mueve en un cambio vocal que roza el aspecto gutural en los versos templados, mientras en el estribillo, se combinan los matices tonales de los extremos como un oxímoron. La producción, de fondo, que realiza Mishka realza el valor de la creatividad grupal, sin obviar el mérito de Emma, cuyo bajo gana mucha importancia a pesar de la poca presencia a expensas de las rupturas estructurales. Sin embargo, su dulce voz engalana, de forma muy sutil, la temática sentimental del álbum. La preciosa línea melódica de «Thorns» no pierde su jerarquía absoluta, sea en acústica, distorsión o acompañamiento de contrapunto. Toda la banda se une en un canto afilado que afianza las relaciones humanas cerca del pop/tecno moderno que puede mover masas de los fans más acérrimos al mundo metal/rock juvenil. Está claro que Mishka es un sostén imprescindible de Carmeria, ya que su influencia hace que temas como «Leading the Lyre» asuman un rol de balada en términos de old school nostálgico. Jordan y Jerry se reparten el trabajo laríngeo a la vez que el aporte extra de Emma, una artista en potencia, nivela su actuación junto a Lachlan, cuya batería no palidece en la suavidad percusionista.
Si alguien busca orquesta para su enlace matrimonial, de primeras recomendaríamos la breve pieza de «Whispers of Forgiveness». Un susurro pianístico recorre el aire y lo vuelve emotivo a la escucha, los violines brillan en un segundo plano y Jordan canta cual ángel del paraíso; eso sí, rodeado de Jerry y Emma cuales acólitos de distintas texturas modulares. Quizás fuera un encuentro casual, una puerta que se abre a la inmensidad… ¿Por qué «Shadow’s Throne» suena como una maldita llamada a la fantasía épica de un príncipe que quiere rescatar a su princesa? Es muy fácil sentir una identificación en ese papel industrial/gothic que se imprime en cada riff, armonización, golpe grave… Nadie debería negar que Carmeria hace temas para tocar el corazón de los oyentes e imbuirles una esperanza optimista dentro una realidad gris y tétrica. No les podemos criticar nada, ni siquiera el uso de efectos especiales o elementos externos a la producción cotidiana. Inmersos en otro corte de inspiración rockera próxima al electronic/EBM, «Immortal» podría convertirse en un referente de Eurovisión. La pegadiza estructura de base, el aumento general del bajo (¡ya era hora de traerla al frente como se merece!) y las líricas repletas de sangre dorada provocan que las caderas bailen y tengamos el sonido perfecto en cualquier rincón de una feliz boda guiada por la música de Carmeria. Ya que el convite está disfrutando como nunca, un poco de cambio vocal viene gracias a la interpretación de Enma en «Burning Ships». El telón acústico la acompaña ante la atenta guía de Lachlan, cuya percusión vuelve a ser el centro de atención en el aderezado meollo instrumental. Breve y conciso, Jerry realiza un inaudito solo muy interesante en el break medial, que casi supera a la totalidad analizada.
Al haber disfrutado de un tema potencialmente emotivo, el bajo y la batería (adalides de un mérito indiscutible) se dan la mano en «The Hoping Heart» en la estructura teórica. La pequeña separación sonora en off que ayuda a Jordan deja un rastro de hard rock clásico que, mediado por un toque ameno de darkwave, va dando pie a los cambios tonales en las líricas. Sin ganas de acabar el disco ni la bella boda, la lluvia arrecia en la escritura de una última canción, «A Vision in Passing». Parecería una balada en toda regla; ¡va mucho más allá! Intercalando las zonas heavys con la ambientación teclista de la sinfonía propia de la banda, se crea un rondó singular que remueve los cimientos de la creatividad compositiva. Esto logra que las lágrimas salten por sí solas, ¡y de verdad que queremos seguir hechizados por la magia musical de Carmeria! Se dirá que un nuevo álbum y poco más, pero para nosotros, es la más pura expresión de las emociones que guían a la vida y a la muerte. Un camino de rosas se ha abierto y su perfume engalana al mundo de la industria extrema. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una romántica nota de 9,8. El amor en la música tiene un nombre, Carmeria, así que menos orquestas en las bodas y más metal/rock sinfónico australiano.
TrackList
1 – Call Forth My Sorrow
2 – A Thousand Winter Rains
3 – Thorns
4 – Leading The Lyre
5 – Whispers Of Forgiveness
6 – Shadow’s Throne
7 – Immortal
8 – Burning Ships
9 – The Hoping Heart
10 – A Vision in Passing